Niña tapándose los ojos en consulta del médico

Tener la capacidad para adaptarse a los cambios, a veces, no es una opción. Como diría Eduardo Sacheri, «la realidad nos exige sobre adaptarnos a lo que nos toca». En un mundo tan dinámico como el nuestro, convulso en estos tiempos pandémicos, no nos queda otra que aprender una lección importante: la vida sigue y debemos seguir viviendo.

Ser capaz de adaptarse a los cambios no es fácil. Hay personas que se adaptan más rápido y otras a las que les cuesta mucho más asumir que la vida puede alterar su equilibrio en ocasiones. Saber extraer la parte positiva y buscarle un sentido forma parte de esa ‘recuperación’. Hoy queremos hablar sobre lo que tienen en común las personas que se adaptan con mayor facilidad a cualquier cambio, ya sea elegido o no.

Después de meses de confinamiento y del cese de nuestras clases presenciales a mediados del mes de marzo como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus, habíamos marcado en rojo el mes de septiembre en nuestro calendario. Había llegado el momento de volver. Durante este periodo, hemos utilizado la capacidad de adaptación para superar un proceso largo, difícil y lleno -hasta el momento- de incertidumbres para todos.

Teníamos claro que la educación no podía parar y que el miedo no debía frenarnos. Los seres humanos estamos preparados para vivir en condiciones extremas. Existen culturas, ideas, construcciones sociales muy diferentes alrededor del mundo que reflejan que las personas podemos adaptarnos, vivir en el desierto y en el Polo Norte.

Capacidad para adaptarse a los cambios: factores comunes

¿Pero qué cosas tienen en común las personas que tienen una capacidad de adaptación más rápida a cualquier transición que la vida les presente? Creemos que, ante todo, superar el miedo al propio miedo es un proceso en el que entran en juego muchos factores.

La vida cambia cada día

Lo primero que debemos tener claro para superar cualquier miedo es que todo forma parte de nuestra mente. La vida es evolución constante, esta idea ayuda a que las construcciones de nuestra mente humana que, por un lado, luchan para mantener nuestra estabilidad emocional y nuestro equilibrio psicológico, entiendan que la aceptación es parte del proceso. Todo está en constante cambio, nuestra idea de permanencia no existe. Nosotros, lo que nos rodea, nuestro entorno, todo está cambiando aunque no seamos muy conscientes de ello.

Evita tu resistencia. Una persona que se resiste al cambio tardará mucho más en adaptarse a una nueva realidad. El poder de aceptar nos permite encontrarle un sentido a lo que ocurre a nuestro alrededor. Vivir sin miedo altera las preguntas: no nos preguntamos por qué, sino para qué. Qué cosas nos va a enseñar esta nueva lección, en qué me voy a convertir mañana, cómo voy a querer vivir este proceso de cambio.

Avanza

Cuando nos bombardeamos de preguntas para superar los miedos y vencer la ansiedad, las preocupaciones y las inseguridades personales cometemos el error de no mirar el futuro. Por lo general, nuestros miedos nos hacen instalarnos en el pasado y no apreciar que podemos sentirnos felices en cualquier camino que tomemos.

Ten flexibilidad para comprender que adaptarse a los cambios no es algo que se consigue de hoy para mañana. Es fundamental que tengas flexibilidad contigo mismo para coger aire e impulso para adaptarte a tus nuevas circunstancias. Analiza qué cosas han cambiado, en qué puedes ser mejor y qué cosas quieres conseguir, proyéctate hacia el futuro.

Debemos entender que lo nuevo, nuestra realidad, es lo único que podemos cambiar ahora. El pasado no tiene billetes de vuelta y no acepta devoluciones, pero en el futuro todas las cosas son posibles. Confía en tu capacidad de adaptación para crear, en la incertidumbre, un nuevo escenario poniendo atención sobre los recursos que sí tienes en tu mano.

La creatividad, nuestro recurso esencial

Lo hemos mencionado muchas veces en los distintos artículos semanales que hemos ido escribiendo a lo largo de este año. La creatividad nos ayuda a resolver problemas porque nos permite explorar y abrir caminos, frecuentemente hacia lo insólito y original.

Es importante pasar más tiempo en el camino que nos queda hacia delante y no tanto en el de atrás. La capacidad de adaptación prioriza su atención en los recursos que sí tenemos para crear algo nuevo y en coger las cosas útiles del pasado para tomar el mando de nuestras emociones.

Desde que intuimos un cambio, ya nos comenzamos a resistir. Ten en cuenta que pasar por cualquier transición emocional implica muchas emociones: tristeza, ilusión, alegría, decepción… Si aprendamos de ellas podremos salir del miedo y despertar para ver qué lección nos deja cada una.

La vida nos regala nuevas situaciones y cambios a los que no estamos acostumbrados. Esa es su magia. Aprender a adaptarse para ser felices es posible, aunque esto nos genere vértigo y mucho miedo. Sin embargo, recuerda que tener la capacidad de adaptarse a los cambios hará que nada te paralice.

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