niño mirando hacia una biblioteca llena de libros

Si algo define a los niños con altas capacidades es su componente emocional. Hace tiempo leíamos que para hacer fluir el nivel cognitivo de estos niños es imprescindible lograr el equilibrio emocional necesario para que puedan continuar con su ritmo de aprendizaje, muy diferente al de otros pequeños. Los niños con altas capacidades necesitan descubrir por sí mismos y controlar y actuar sobre su propio aprendizaje. En este caso, es muy necesario que los docentes y padres se vinculen con ellos para hacerles comprender su diferencia, sin eufemismos, pues eso les ayudará a entender el porqué de sus pasiones e inquietudes y sentirse parte de un sistema educativo que tiene muchas lagunas al respecto sobre los niños con alta capacidad y su diagnóstico.

Hablar sobre esos errores que se comenten con los niños con altas capacidades nos parecía un tema muy interesante. En Grupo Musarte, dentro de nuestro Programa Despierta, trabajamos con niños y niñas que presentan altas capacidades y que requieren una intervención especializada que responda a sus necesidades. Para eso es importante evaluar el perfil de cada niño para acompañarle en el proceso y desarrollo de todas sus potencialidades y talentos.

Tras años de experiencia, creemos que es urgente cambiar la propia visión sobre las altas capacidades para que, tanto docentes como padres, comiencen a aprender todo lo que gira alrededor de la superdotación. Un mundo en el que aún hay mucha falta de conocimiento sobre los aspectos emocionales y sociales que caracterizan a algunos niños con altas capacidades, cuyos signos son confundidos con algunas patologías.

El diagnóstico de los niños con altas capacidades

En primer lugar, creemos que los niños con altas capacidades no son correctamente identificados. Como recalcábamos antes, la falta de una formación adecuada y actualizada sobre las altas capacidades lleva a muchos profesionales a hacer un falso diagnóstico sobre ellos. Máxime cuando ni los profesionales se ponen de acuerdo en el número de CI para homogeneizar los resultados. Esta evaluación incompleta los lleva a ser confundidos con niños que tienen algún tipo de trastorno, como niños con TDAH o Asperger.

Además, esta incorrecta identificación no tiene en cuenta los talentos simples ni complejos, ni tampoco la creatividad del niño. Estos niños nos están enseñando algo muy importante. Necesitamos cambiar nuestro modelo educativo para que tengan cabida las diferencias. Es importante que los adultos y el sistema familiar se aproximen a su mundo y se esfuercen en comprenderles. Tienen mucho que decirnos.

Este primer punto, el más importante de todos, tiene serias consecuencias para el menor, que puede reflejar problemas de conducta, falta de autoestima o un desapego total en la escuela al sentirse fuera de este sistema educativo. Son niños que no tienen un trastorno, sino un alto potencial que no ha sido detectado y al que no se está atendiendo.

El talento y la creatividad, factores clave

Dentro de ese universo mágico de los niños superdotados las metodologías tradicionales de aprendizaje se quedan obsoletas. Como decíamos, pueden provocar, por lo general, que rechacen el colegio por aburrimiento. La información masticada o el procesamiento de la información por repetición, teniendo en cuenta que estos niños son muy visoespaciales, les hace desconectar y frustrarse en el aula. Se sienten fuera de un sistema en el que no hay nada interesante para ellos.

Estos niños no requieren mucho tiempo para aprender. Aprenden rápido y sin apenas dedicación. Esta actitud les lleva a sacar notas bastante buenas en su periodo escolar sin esfuerzo para dedicar plenamente su atención a otros aspectos que le interesan más.

Cuando se habla de la superdotación de los niños, casi siempre nos centramos en el ámbito académico y en sus aspectos intelectuales. Es un error bastante común, que pasa inadvertido por otros factores de la personalidad que acompañan a los niños con altas capacidades. Entre ellos, su talento y creatividad.

Los niños con altas capacidades tienen una alta sensibilidad sobre todo lo que les rodea y forma parte de ellos. Sus emociones, los sonidos, el gusto, el tacto… Son individuos que interactúan y reaccionan fuertemente con su alrededor. Necesitan tocar, oler, cuestionarlo todo para lograr comprenderlo. Tienen una capacidad natural de buscar alternativas ante cualquier decisión, esa es una de las claves del desarrollo de la creatividad.

Conclusión

Si logramos superar nuestros límites y reformular nuestros modelos tradicionales podremos acompañar a estos niños en un viaje maravilloso y hacerles crecer sin ocultar su condición. Los niños con altas capacidades nos están pidiendo atención en una autoestima que aún se encuentra en construcción. Para eso es importante permitirles ser como son, sin ningún juicio de valor, y establecer pautas de trabajo conjuntas para padres y profesionales de la educación.

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