Niña tocando el piano

Cuando pensamos en el significado de la palabra educación, es probable que nos imaginemos cualquier proceso de enseñanza y aprendizaje. Esa fórmula por la que las personas hacen suyas algunas normas, instrucciones y contenidos. Sin embargo, todo proceso de aprendizaje, por muy técnico que sea, está preparado para transmitir valores. Pero, ¿qué es exactamente la educación en valores? En este artículo hablamos largo y tendido de este término amplio que va mucho más allá de lo que todos conocemos.

La educación en valores: una perspectiva global

El concepto de educar en valores parte de la premisa de que el aprendizaje no deja de ser una experiencia que queda guardada en nuestra mente y en nuestro corazón. En términos generales, hablamos del conjunto de estrategias y dinámicas que tienen como finalidad principal formar en civismo, modelos de convivencia y emociones basadas en el respeto, la empatía, la resiliencia, la sensibilidad, la humildad o el esfuerzo.

Eso significa que la enseñanza no solo debería basarse en los contenidos de un programa, sino también en abanderar otros valores como la capacidad de adaptación y la superación. Porque eso también es educar. Hablar del ‘qué’ y el ‘cómo’ no tendría sentido sin la educación en valores, que nos hace responder el ‘para qué’.

La educación a través de los valores se relaciona con la moral y la ética. De algún modo, es un tipo de educación que pretende educar a los niños para que aprendan a dar valor a algunos comportamientos que van más allá de la enseñanza de materias. Es decir, se trata de ampliar el alcance de la educación. No limitarse al aprendizaje de un temario concreto, sino poner el foco en todo lo que ocurre a nuestro alrededor.

La resiliencia, un valor en alza

En Grupo Musarte creemos que la meta no es llegar al final, sino el proceso que te hace vivir multitud de experiencias. Ese camino que permite que las personas se fijen objetivos para alcanzar sus propias ilusiones aprendiendo de cada circunstancia. Muchas veces hemos creído tirar la toalla, pero en todas ellas nos hemos levantado. Esa capacidad para extraer la parte positiva es una actitud que hay que cultivar desde pequeños y es lo que nos hace diferentes.

Esto no es una simple asignatura. De hecho, no corresponde a ninguna materia concreta porque la encontramos en todas partes. Es transversal y debería afectar, de manera directa, a todo el profesorado de los centros educativos. Y también a padres, madres y tutores. Ellos, en conjunto, son los responsables de acompañar a los más pequeños en el proceso de interiorización de esta práctica.

La calidad humana, punto de referencia

Podría parecer que este término es un concepto que corresponde a la educación del siglo XXI, pero lo cierto es que esta idea es uno de los pilares básicos de la educación, cuyo objetivo principal siempre ha sido crear buenos ciudadanos.

Bajo esta filosofía, y teniendo en cuenta el impacto que podría tener sobre las personas, decidimos construir nuestro centro educativo. Un lugar en el que se formen grandes profesionales, pero mejores personas. La calidad humana y profesional pueden ir de la mano y así lo creímos desde el principio.

La comunidad educativa

Este tipo de educación, que como hemos mencionado, exige la implicación absoluta de toda la comunidad educativa, es crucial en el contexto actual en el que nos encontramos. La complejidad social y la globalización cultural requieren personas con capacidad para asumir los nuevos retos del siglo. Esos ciudadanos del mañana serán los que participarán de manera activa en la construcción de un mundo más justo, inclusivo e intercultural. A través del aprendizaje, muy en particular de la enseñanza en los niños, podemos no solo transmitir conocimientos, sino liderar e inspirar el desarrollo integral de las personas.

«No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos«

CÉLESTIN FREINET

Todos siempre recordamos a nuestros mejores y peores profesores, ¿por qué no ser los mejores? Que alguien te recuerde por algo que hizo ‘click’ en el corazón es indescriptible. Queremos ser parte de las personas que confiaron en la capacidad de alguien y la motivaron para crecer. Ese es, para nosotros, el mejor legado que podríamos dejar. Un motivo que nos hace mirar atrás y ver, con satisfacción, todo lo que hemos conseguido. Y lo que nos queda por vivir. Si quieres estudiar en Grupo Musarte, aquí te dejamos nuestros 6 súper motivos.

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